jueves, 7 de agosto de 2008

Todo va bien...

Llevaba unos días en los que no se sentía absolutamente nadie, tan solo como una insignificante mota de polvo en un inmenso universo. Una sensación de vacío interior inexplicable, como si sus más profundas preocupaciones no significaran nada, aunque para ella fueran un mundo, incluso, como si no valiera el esfuerzo ni tan siquiera de escribir su nombre.Y de hecho así era. Pensaba que sería egoísta confiar sus preocupaciones a los demás, ellos ya tenían las suyas como para aguantar las de alguien como ella, con sus neuras y sus idioteces. No era justo que otras personas tuvieran que aguantar aquella tristeza, ya que por el mero hecho de estar a su lado ya se merecían la mejor de sus sonrisas. Ocultando sus preocupaciones tras un "todo va bien", "no pasa nada" o incluso haciendo burdas burlas de aquello que la tenía sin dormir. Tal vez por eso se sentía insignificante, sin valer ningún tipo de esfuerzo para que nadie se acordara de ella. Por eso, aún rodeada de gente, en muchas ocasiones se sentía tan sola. Los días en los que se levantaban con ganas de cambiar el mundo o con la ilusión de que a partir de aquel día todo cambiaría, estaban empzando a brillar por su ausencia y poco a poco estaban siendo ocupados por la desilusión, sintiendo que le importaba a muy pocos y que se su paciencia en todos los aspectos estaba llegando a su fin.
Mientras tanto, mientras aún esperaba un rayo de luz que todo lo iluminara de nuevo, sonreía y respondía que todo iba bien.

1 comentario:

José Antonio dijo...

Hola Encanto!
Te voy animando, tal y como acordamos. No te sientas como me siento yo, ya basta con que sea uno el que esté así.

Un besito, sabes que te quiero un montón